domingo, 11 de febrero de 2024

Lapsus

     Los lapsus son deslices del habla, auditivos o de lectura. Surgen por la acción conjugada de dos propósitos distintos, por lo que el hablante refrena lo que va a decir, pero al final es esto lo que dice, lee o escucha.

Ante un lapsus, pueden pasar tres cosas:

1. Se nota y se sabe por qué (se reconoce el deseo inconsciente que se manifestó ahí);

2. Se nota, pero se desconoce la razón por la que se dio, hay un asombro;

3. Se niega y no se acepta interpretación alguna sobre su origen.

sábado, 10 de febrero de 2024

Actos fallidos

       Los actos fallidos surgen por la acción conjugada de dos propósitos distintos (contradictorios), a partir de la cual se crea un compromiso que conlleva tanto un éxito a medias, como un fracaso a medias, cada uno respecto de uno de los propósitos de los que surgen.

     Freud distingue cuatro tipos diferentes de actos fallidos:

1. OLVIDO. Siempre es un propósito contrario, es decir, un no querer (no querer ir a la cita, no querer hacer algo), producido por una aversión de la memoria a recordar sensaciones de displacer.

2. EXTRAVÍOS O PÉRDIDAS. Se dan por diferentes causas, pero coinciden en que se pierde o extravía algo porque eso es lo que inconscientemente se quiere. Pueden incluso, ser por autocastigo.

3. TRASTOCAR LAS COSAS (ACTOS FALLIDOS EN SENTIDO ESTRICTO). Se dan para cumplir deseos que uno debe negarse, para lo cual el propósito se enmascara como feliz contingencia. Es por ello, que se afirma que todo acto fallido es, en realidad, un acto adecuadamente consumado (se obtiene lo que se quería en realidad).


viernes, 9 de febrero de 2024

Características de lo inconsciente

    Cuando hablamos de "lo inconsciente" nos referimos a las representaciones, deseos, pensamientos que nuestra consciencia desconoce y que tienen efectos en nuestros pensamientos, actos y sentimientos.

    Las características, destacadas por Freud, de lo inconsciente, pueden resumirse en las siguientes:

  • No existe signo de realidad, es decir, que no es posible distinguir lo que efectivamente pasó, de lo que es ficción (imaginamos o pensamos);
  • Son completamente atemporales;
  • Es algo que real y efectivamente no se sabe;
  • Un "no" inconsciente no existe en lo absoluto, pues ello produciría displacer, por ello no existe negación alguna en lo inconsciente;
  • No hay contradicciones;
  • No hay duda ni grado de certeza;
  • No conoce otro castigo, para quienes le estorban, más que la muerte;
  • Responde a una lógica particular: la lógica de lo inconsciente;
  • Habla más de un dialecto (en sus manifestaciones: sueño, síntoma, chiste, lapsus, acto fallido).


Manifestaciones de lo inconsciente

En tanto lo inconsciente es un saber que no se sabe, lo que escapa de la conciencia, sólo puede ser conocido a través de sus manifestaciones, es decir, esas formas en que "retorna" al cuerpo, la palabra y la conciencia.

    Estas manifestaciones son, según el psicoanálisis, cinco: sueños, síntoma, actos fallidos, lapsus y el chiste.

jueves, 8 de febrero de 2024

La represión

 Al hablar de lo inconsciente, mencionamos que permanece como tal aquello que ha sido reprimido. En psicoanálisis, la represión hace referencia a una censura, realizada por el yo, que ocurre entre lo inconsciente y lo preconsciente; esto significa que se rechaza de la consciencia algo y se mantiene alejado de ella, de tal suerte que no se tiene noticia de lo reprimido (permanece inconsciente).

    El yo reprimirá todas las representaciones que no son acordes con el ideal del yo (con lo que se espera ser), así como aquellas pulsiones que, de ser satisfechas, producirían displacer en otro  lugar (en la conciencia).

    En tanto la represión es realizada por el yo, y este es una instancia que se desarrolla con el tiempo, la represión no es un mecanismo con el que se nace, sino que también se desarrolla.

    La represión funciona de forma individual para cada representación y cada retoño, y requiere un gasto de energía constante.

    Si fracasa la represión, y la representación accede a la conciencia, esta se manifiesta y puede generar angustia.

    Existen dos tipos de represión:

1. REPRESIÓN PRIMORDIAL. Se da en aquellas agencias representantes de la pulsión, a las que se les niega el paso a la consciencia y sobre las que se crea una fijación.

2. REPRESIÓN PROPIAMENTE DICHA. Esta represión recae sobre los retoños de la agencia representante-representación y a los pensamientos que entran en relación con dicha agencia.

miércoles, 7 de febrero de 2024

Chiste

 De las manifestaciones de lo inconsciente, el chiste es la más social, pues siempre requiere de otra persona (además de quien lo cuenta).

    Es un chiste toda provocación consciente y hábil de la comicidad, es un juego que brota de golpe como una ocurrencia involuntaria, particularmente breve, cuya meta es la ganancia de placer.

   Al escuchar un chiste, es muy común que no sepamos, conscientemente, por qué reímos.

    Al formar un chiste se abandona el hilo de pensamiento, que aflorará sólo hasta el final, por ello, parece un sin-sentido, que al mismo tiempo evita la apariencia de ser un disparate. Aunque parece un sin-sentido, se ubica profundamente en el nivel de la verdad, del sentido ("entre broma y broma, la verdad se asoma"), su naturaleza es mirar más allá, ver lo que no está ahí.

    Para que funcione, es necesario que la otra persona, quien escucha, autentifique el paso de sentido.

    Igual que el sueño, se estructura a partir de la condensación y el desplazamiento (La condensación se da cuando una representación recibe la investidura de muchas otras representaciones; el desplazamiento, por su parte, se da cuando la investidura pasa a otra representación).

Lo inconsciente. Primera parte

 En Estudios sobre la histeria (1893-1895), Freud menciona por primera vez el término inconsciente (das Unwebusstein). En ese libro, propone lo inconsciente como consecuencia de un evento traumático que escinde la psique. Así, lo inconsciente está divorciado del yo, éste no sabe nada de ello.

    A la representación de dicho trauma se le sumará, en lo inconsciente, todo lo que tenga por premisa aceptar el trauma y, como esto es una representación que contradice al yo, también es inconsciente.

    Todas las representaciones inconscientes son eficaces, tienen un carácter dinámico, influencia en la conciencia, se mantienen actuales, y puede crear retoños.

  Las representaciones, tanto del trauma como de las premisas que aceptan el trauma, pueden ser susceptibles o insusceptibles de conciencia, es decir, que de algunas podremos saber algo, de otras no.

    Para que una representación pueda ingresar al preconsciente se deben conectar con una representación preconsciente inofensiva que las encubra.

        Si bien al inicio Freud considera que, además de lo traumático, la fuente de lo inconsciente es lo infantil (lo primario), posteriormente reconocerá que todo acto psíquico comienza como inconsciente y podrá permanecer como tal o pasar a lo preconsciente si no es reprimido. En resumen, puede afirmarse que el núcleo de lo inconsciente está formado por mociones de deseo.

    Las representaciones inconscientes pueden realizar dos funciones: condensación y desplazamiento. La condensación se da cuando una representación recibe la investidura de muchas otras representaciones; el desplazamiento, por su parte, se da cuando la investidura pasa a otra representación.

    Freud distingue, además de representaciones inconscientes, deseos y pensamientos. Los deseos son corrientes que empiezan en el displacer y apuntan al placer, son infantiles (se remontan a la primera etapa de la vida), pueden cumplirse a través de los sueños, y están siempre alertas; además, son los únicos que ponen en movimiento el aparato anímico.

    Los pensamientos inconscientes, por su parte, no se cancelan sino que pueden coexistir simultáneamente pensamientos contradictorios, por ello puede coincidir, en lo inconsciente, aquello que en la consciencia se presenta escindido en opuestos. Además, tienen la cualidad de poder "corregir" escenas o pensamientos conscientes.

Lapsus

       Los lapsus son deslices del habla, auditivos o de lectura. Surgen por la acción conjugada de dos propósitos distintos, por lo que el ...